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Propinas embarazosas en Praga

  • Viajestfg
  • 28 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 sept 2020

Que importante es antes de viajar a cualquier ciudad extranjera informarte un mínimo sobre el estilo de vida y las costumbres que haya en el país que  vas a visitar, sino puedes encontrarte en situaciones un poco embarazosas y hasta incomodas.




Y es que comer en un restaurante y pagar por ello es algo que todos hacemos pero el hándicap llega cuando tenemos que rascarnos los bolsillos para dar un dinero extra por el servicio que has recibido. Pues sí, estamos hablando de las famosas propinas. 

Los españoles, por lo general, no estamos acostumbrados a dejar propinas en restaurantes, hoteles, taxis, pero la verdad es que en Praga es algo de lo más normal y casi obligatorio si te quieres evitar alguna mirada poco amigable por parte de algún camarero. 




En los restaurantes de la capital checa la propina recomendable corresponde entre el 5% y el 15% de la cuenta. Este porcentaje va en función del establecimiento, por ejemplo si la cuenta de tu última cena es de 50€ tendrás que dejar  7,5€ de propina, que corresponde a un 15%. Y no quieras hacerte el listillo y pagar con tarjeta para no dejar monedas de propina, los checos lo tienen todo muy bien estudiado. Si tu intención es pagar con tarjeta, el camarero te preguntará a la hora de efectuar el pago si quieres incluir la propina en el pago con tarjeta o prefieres abonarlo en cash. No hay manera de escaquearse. Aclarar, que el uso de propinas se aplica si nos sirven en mesa, no se aplica a servicio en barra. 


El caso se agravia cuando la comida es en el famoso restaurante Kampa Park de Praga  con sus maravillosas vistas al río Moldava y al espectacular puente de Carlos. Se trata de un restaurante muy renombrado en la ciudad, con platos de alta cocina y un exquisito servicio. Llegamos al lugar y el sitio era sorprendentemente mágico. Al sentarnos en nuestra mesa las vistas eran increíbles. El camarero nos trajo las cartas ofreciéndonos, muy amablemente, algo para beber. Toda la carta tenía una pinta buenísima pero teníamos que elegir. Finalmente, optamos por unos tartares de atún de entrantes y de plato principal, merluza con unas croquetas de pescado, y unos espaguetis de bogavante.





Hasta ahí todo bien, el problema llegó cuando vino la cuenta y vimos el total: 2357,13 coronas, por favor! Cuando hicimos el cambio eran aproximadamente unos 86€, por una comida para dos personas sin postres. Bueno, es comprensible, estamos en el mejor restaurante de la ciudad, pensé. El verdadero contratiempo llegó a la hora de la propina, ya que al final del ticket pudimos leer que en este establecimiento la propina es de un 30% respecto a la cuenta, unos 25€ de propina.  Pensamos que hacer porque nos parecía una cantidad desmesurada y no estábamos dispuesta a pagarla. Decidimos sacar nuestro lado más español y, después de pagar con tarjeta la cantidad de 86€ por la comida, nos fuimos corriendo del restaurante sorteando a los camareros para que no viesen que habíamos dejado nada más y nada menos que 24 coronas de propina, lo que equivale a 0,88 céntimos de euro. Seguro que los camareros se quedarían alucinados y enfadados con lo que estaban viendo, pero la verdad es que no los íbamos a volver a ver jamás. 



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