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Post 7: Estatua de la Libertad y Brooklyn

  • Viajestfg
  • 22 may 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 sept 2020

Estatua de la Libertad

Dejamos la Isla de Manhattan atrás para zarpar rumbo a Liberty Island, donde se encuentra la mujer más famosa de Nueva York y no, no estoy hablando de Sarah Jessica Parker, sino del icono estadounidense la Estatua de la Libertad. Sin duda es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y es conocida en todo el mundo.

Fue inaugurada en 1886, siendo un regalo de los franceses para conmemorar el centenario de la Declaración de la Independencia de Estados Unidos y así fortalecer los lazos de amistad entre ambos países. Su nombre original es "La Libertad iluminando el mundo" y está llena de simbolismos. La mano izquierda sostiene una tabla con la fecha de la declaración de independencia grabada. En la mano derecha, alza una antorcha que simboliza la luz que ilumina a la nación estadounidense hacia la libertad.

Para poder ir a la isla donde se encuentra la Estatua de la Libertad debes coger un ferry que zarpa desde Baterry Park. Si queréis evitar largas colas, os recomiendo llegar a primera hora. La compra del ticket sólo te permite subir al ferry para ir a la isla pero no incluye la entrada a su interior. Debido a los atentados terroristas del 11-S, el acceso a la isla y al interior de la estatua, estuvieron prohibidos hasta 2009 cuando el mirador que existe en su corona fue reabierto a los visitantes. Si tenéis pensado acceder al mismo, la previsión es crucial. Las plazas son muy reducidas. Se limitan a grupos de 10 personas y hay que comprar las entradas con al menos un mes de antelación porque siempre suele estar lleno. Durante unos años se pudo visitar la antorcha de la mano derecha por dentro pero hoy en día está prohibido y sólo se puede acceder al pedestal y a la corona.

Aquí podréis encontrar más información



Brooklyn Bridge

Otro de los símbolos indiscutibles de la ciudad de nueva York es el Puente de Brooklyn. El diseño fue obra de un inmigrante de Prussia llamado John A. Roebling. La idea de crear este puente surgió debido a que no existía conexión terrestre entre Manhattan y Brooklyn. La única forma de cruzar el río de un distrito a otro era en barco. Pero el gélido frío, las fuertes lluvias y heladas, provocaban que la ruta se cancelara con mucha frecuencia.


Las obras de este puente se iniciaron en 1870 y se tardaron 17 años en construirlo. Costó 15,1 millones de dólares y murieron 27 personas durante su construcción. Hubo mucha polémica, ya que las obras fueron muy peligrosas porque se utilizó dinamita para excavar el terreno en el lecho del río y poder construir así sus cimientos. Imaginad lo que sería en 1870 sumergirse en las heladas aguas del río “East River”, sin botellas de oxigeno ni trajes de neopreno. Este fue uno de los motivos principales por los que tantas personas perdieron la vida.

El puente tiene un total de 1825 metros de largo, por lo que si tu intención es cruzarlo a pie de punta a punta, lleva calzado cómodo. Cruzar el puente caminando sin parar te llevará unos 25 minutos. También esta la opción de atravesarlo en bicicleta. La zona peatonal del puente está compartida con el carril bici. Se puede ver en el suelo que los carriles para cada uno están correctamente señalizados. Te aconsejo que, vayas a pie o en bici, respetes los carriles o te puedes llevar un susto. Cruces el puente como lo cruces, la mejor hora para hacerlo es la “Golden Hour”, es decir, a la caída del sol. Las vistas son espectaculares. El cielo se tiñe de tonos naranjas que se reflejan en los cristales de los rascacielos. Por otro lado, es una mala idea cruzar el puente en las horas más calurosas del día, ya que es un trayecto largo y el calor puede jugarnos una mala pasada.



Zona peatonal del Puente de Brooklyn 


Dumbo

Una vez cruces el puente y llegues a Brooklyn, la primera parada obligatoria es el recién y famoso Barrio de Dumbo, donde te podrás hacer una de las fotos más típicas de toda la ciudad. Este barrio se hizo conocido precisamente por tener la calle más fotografiable de todo Brooklyn: esta calle, rodeada de los característicos edificios rojizos de la ciudad y con el puente de Manhattan como fondo. Es una estampa mágica.

También en la zona de Dumbo se pueden ver las mejores vistas al Skyline de Manhattan. Esta fue la última parada que hicimos nosotros antes de acudir al aeropuerto. No se nos ocurrió un lugar más idóneo para que nuestro viaje a Nueva York terminara de la mejor manera posible que con este paisaje que se nos quedaría grabado en la mente el resto de nuestras vidas.

Fotografía en "Dumbo" con el Puente de Manhattan de fondo 











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